Hoy en día, el número de niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad es considerablemente mayor que antes. Si bien la práctica de deportes aporta numerosos beneficios para la salud, la calidad de vida y el bienestar físico, simplemente hacer ejercicio de manera regular puede resultar difícil para muchos niños y jóvenes que padecen problemas de salud relacionados con el sobrepeso u obesidad.
Aquí es donde la familia juega un papel fundamental como apoyo y motivación para los niños y adolescentes. No es necesario ser un experto en alguna actividad física, sino más bien un ejemplo positivo de hábitos saludables para su hijo. Levántese, muévase y demuestre lo entretenido que puede ser mantenerse activo. Quizás a su hijo también le guste.
Puede ser un buen referente si decide salir a caminar o montar en bicicleta en lugar de pasar tiempo frente al televisor, jugando videojuegos o navegando por internet. ¡Hay muchas actividades divertidas por hacer!
Ayude a su hijo a descubrir qué actividad le interesa. Con algo de prueba y error, puede encontrar una actividad física adecuada que le guste. O mejor aún, podría encontrar una actividad que disfruten juntos.
Por ejemplo, salgan a caminar, llévelo con usted y deje que decida el rumbo. Comparta con él cómo caminar lo hace sentirse mejor y cómo puede ser una manera divertida de pasar tiempo juntos.
Pruebe usar frases motivadoras que lo animen a continuar:
“¡Corres tan rápido que casi no puedo seguirte!”
“Sigamos caminando un poquito más para fortalecernos.”
“¡Vas a tener un corazón fuerte y saludable!”
Tómese el tiempo de hablar con él sobre cómo el ejercicio puede beneficiar su salud a largo plazo.
Fomentar la actividad física desde una edad temprana contribuye a su crecimiento y desarrollo, fortalece huesos y músculos, ayuda a mantener un peso adecuado, reduce el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes y problemas cardiovasculares en el futuro, y lo más importante, mejora la autoestima.